martes, 30 de diciembre de 2008

Fin (2/08)

El viaje terminó sin mucho que agregar. La experiencia de ir a una conferencia de esa magnitud vale la pena (una vez...), Río es una ciudad para ir de vacaciones a la playa, y en Brasil hace demasiado calor para mi gusto :-)

Una larga semana (28/07 al 02/08)

Y Río se terminó el domingo. Porque durante la semana no quedaba mucho más espacio en los horarios que ir al centro de convenciones (1 hora de viaje desde el hotel! y ahora me vengo a enterar de que estaba a pasos del autódromo de Jacarepaguá), pasar el día ahí (incluyendo almuerzo) y volver a la ciudad con tiempo suficiente para buscar un lugar donde cenar sin que nos arranquen la cabeza.

Sólo dos puntos salientes: primero, la excursión de la conferencia el miércoles a la tarde, poco más que un paseo en jeep por la Floresta da Tijuca con un insoportable guía cruza de brasileño y cowboy (no pudo faltar la "piedra de granito de una sola pieza mais grande do mundo"). Buenas vistas, lindo bosque, pero supo a (muy) poco. Segundo, mi charla en una de las 5 sesiones paralelas del jueves, bastante aceptable salvo por una ligera tendencia a la poca fluidez de palabras en el idioma de Shakespeare...

Pan de azúcar (27/07)

A la mañana fuimos al Pan de Azúcar, uno de los puntos turísticos más famosos de la ciudad. No decepciona, la vista de Río, la bahía, el contraste de una ciudad entre selvas y morros son espectaculares. Lamentablemente no pudimos quedarnos mucho dado que la recepción de la ICPS era a la tarde, simposio de premios Nobel y brindis incluido...

Caminando la ciudad (26/07)

Ayer no lo había notado (no entré...), pero el salón-comedor del hotel da directamente a la playa! Desayuno temprano con vista a la olas...

Como pintaba para un día nublado nos juntamos con algunos franceses que vienen a la conferencia para un paseo "citadino". Metro hasta el centro, caminata entre edificios poco interesantes (sí, hay un par de iglesias y el viejo parlamento, pero nada espectacular), y vuelta hacia la Catedral (cerrada) y el barrio de Santa Teresa (muy pintoresco el paseo en tranvía). Definitivamente la parte arquitectónica de Río no es su fuerte, salvo por el contraste de edificios de decenas de pisos al pie de morros de piedra más altos que ellos...